¿Cuando es demasiado ir a un Hospital?

Todos tenemos por seguro un pariente que visita la sala de emergencias o las consultas médicas de forma recurrente, casi por diversión, como quien va de paseo a un centro comercial, este pariente se pasea por los pasillos esterilizados y las luces parpadeantes de los hospitales.

No hablamos necesariamente de una persona hipocondríaca, estos que cada vez que conocen una enfermedad o padecimiento se convencen que lo han contraído y hasta experimentan algunos de los síntomas. No, este pariente va al hospital ante cualquier pequeña molestia o incomodidad y siempre está intentando arrastrarnos al hospital por la más mínima carraspera que detecte en nuestras voces.

Llega un punto donde esta persona nos hace cuestionarnos cuando es demasiado el hecho de ir a un Hospital, ya que aunque nos han enseñado muchas veces que hay que acudir a un profesional de la salud ante molestias constantes o agudas, este pariente nos hace cuestionar la necesidad ya que trivializa el hecho de ir a un hospital a recibir atención.

La verdad es que aunque este pariente nos haga pensar que no tiene sentido, es importante ir a recibir atención médica ante molestias desconocidas, repentinas o agudas, siempre podemos preguntar a nuestros otros conocidos si lo que nos pasa es algo normal o a partir de cuanto tiempo hay que preocuparse. No hay que asistir a emergencias por toser un par de veces, pero si tosemos unos días, tomamos un jarabe común para la tos y el problema persiste, es imperativo acudir a un hospital para ser revisados. No se gana nada visitando al hospital diariamente, pero si perdemos mucho si nos resistimos a ir.