
Es muy común escuchar a las personas hablar de que se le subió la presión arterial y es preciso controlarla para evitar males mayores, hacer ejercicio y no ser tan sedentarios y un control en las comidas. Los cerrajeros por su actividad algo sedentaria están propensos a este tipo de patologías.
Información General.
Se establece que una persona tiene hipertensión arterial cuando la elevación de la presión arterial por encima de 135/85 mm de Hg. Lo deseable es que esté por debajo de los 125/80 mm de Hg. También debemos olvidar el antiguo concepto de presión arterial compensada y descompensada pues se ha visto que este no supone un aumento de riesgo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la hipertensión arterial (HTA) es la causante del 45% de fallecimientos por cardiopatía y del 51% por accidente cerebrovascular. Además, a nivel mundial existen más de mil millones de pacientes con hipertensión y se producen más de nueve millones de muertes relacionadas con esta patología cada año. La presión arterial elevada afecta al corazón haciendo que aumente el espesor de sus paredes (hipertrofia ventrículo izquierdo) causando disminución del riego al miocardio, insuficiencia cardiaca y arritmias.
Medidas de Control
Los expertos recomiendan que a partir de los 40 años realizarse un control cardiovascular anual. Es aconsejable realizarse tomas de la presión arterial cada 6 meses a partir de los 40 años y con mayor frecuencia si se tiene tendencia a la hipertensión.
La presión arterial debe medirse siempre con un manguito puesto en el brazo, pues los dispositivos de muñeca son mucho menos fiables.
En el caso de que el paciente sea hipertenso, se les aconsejan que, aunque la presión arterial baje con la medicación, nunca debe suspender la administración; cumplir disciplinadamente la administración de dicha medicación e intentar mantener el horario de administración; consultar con su médico, si la administración de dicha medicación no consigue los efectos deseados.
Cinco claves para una presión correcta
1. Mejorar el equilibrio hídrico. Es fundamental beber diariamente un mínimo de 2,5 litros de agua, en el caso de los hombres, y 2 litros en el de las mujeres.
2. Aumentar los niveles de potasio. Este mineral contribuye a la reducción de la presión arterial mediante el equilibrio sodio-potasio, es decir, consumir menos potasio del recomendado favorece la retención de sodio en el organismo. Las espinacas, el aguacate o las coles de Bruselas contienen grandes cantidades de potasio.
3. Consumir al menos 5 raciones diarias de frutas y verduras.
4. Evitar el consumo de más de 5 gramos al día de sal, para hacer más sabrosos los platos se pueden utilizar especias y hierbas como sustitutos de la sal.
5. Acompañar los hábitos alimentarios favorables por otras prácticas saludables, como dejar de fumar, combatir el estrés y realizar al menos 30 minutos de actividad física al día, que ayuda también a controles las cifras de tensión arterial y minimizar al máximo el riesgo de un evento cardiovascular futuro.